DE UN SECULAR ABANDONO GENERADOR DE POBRES A LA GENERACIÓN DE ESPERANZA, IMPULSADA DESDE EL ALTRUISMO
Érase una vez un lugar paradisíaco, olvidado y casi inaccesible. Poblado por árboles centenarios envueltos en maleza. Un modesto y hermoso río discurría rumoroso entre castaños y nogales, cruzado por puentes improvisados que las crecidas de cada invierno se encargaban de desmantelar.