En las aldeas, donde antes solo quedaban ecos del pasado, algo comienza a brotar.

Os Ancares, ese rincón verde del norte de España con clima benigno, donde la niebla acaricia las montañas y el tiempo parecía detenido, hoy palpita con un nuevo ritmo. Desde las parroquias de Quintá de Cancelada y Villamane, en el municipio de Becerreá, hasta Gallegos, en Navia de Suarna, las casas rehabilitadas recobran su función, las chimeneas vuelven a encenderse, y las antiguas laderas de viñedos y senderos olvidados florecen una vez más.

Los horizontes rurales no quieren ser ruinas ni recuerdos. Los patrimonios y vestigios locales son semillas de un futuro posible. Familias extranjeras y nacionales han decidido llamar hogar a estas tierras. Aquí, donde la fibra óptica y el teletrabajo conectan lo local con lo global, se construye una vida más equilibrada y sostenible. Pero el desarrollo del rural no puede depender solo de herramientas digitales. Necesita raíces profundas y acción decidida:

• Coordinación y residencia estable, que transforme el abandono en acción comunitaria real.
• Cooperativas agrarias, como las CUMAS francesas, que optimicen maquinaria e infraestructuras paradas o infrautilizadas.
• Incentivos efectivos, que no solo atraigan residentes, sino que formen emprendedores capaces de responder a los retos del siglo XXI.
• Administraciones ágiles y comprometidas, capaces de tramitar, coordinar y responder con rapidez a quienes quieren emprender, residir y revitalizar núcleos en la comarca.

Ejemplos de transformación comienzan a asomar

En la cuenca del río Navia, las piedras de casas rehabilitadas vuelven a brillar, y las viñas reaparecen, abrazando el paisaje donde antaño fueron símbolo de vida. En el ámbito cultural, el cineasta Oliver Laxe, con raíces en estas montañas, ha llevado al mundo la belleza única de este lugar. Escritores como Helena Villar Janeiro y Antonio Álvarez González dan voz a una cultura que nunca se resignó al silencio.

La Asociación Castaño y Nogal, con 16 años de trabajo incesante, ha sido precursora de este despertar. Con proyectos como la Ruta Quintá-Río Donsal, que ha atraído voluntarios de 18 países y senderistas que descubren en Os Ancares un tesoro recuperado, CyN ha sembrado las bases de un renacimiento rural. Pero esta labor necesita más: nuevos proyectos agrarios, ganaderos, forestales y turísticos, que aprovechen los recursos locales con sostenibilidad.

Las aldeas no quieren ser postales vacías. Los nuevos pobladores llegados de Europa e Iberoamérica no quieren vivir en la sombra del olvido. Quieren ser horizontes vivos, donde familias, profesionales y soñadores encuentren un lugar donde transformar vidas, aprovechando las oportunidades que ofrece este tiempo de cambio.

Os Ancares no es solo un desafío; es una oportunidad única para unir lo mejor del pasado con lo que el presente y el futuro pueden ofrecer. Aquí, en esta comarca de aire puro y esperanza de vida superior a la media nacional, las semillas están plantadas.

La oportunidad y el tiempo de actuar es ahora.

• ¿Serás tú, lector, lectora, emprendedor, responsable público o agente del cambio, quien tome la iniciativa del siguiente paso en Os Ancares o en otro rincón afín?
• ¿Dejarás que esta tierra siga escribiendo historias de abandono, o participarás en su transformación?