Quintá de Cancelada, 14 - 27660
Becerreá - Lugo (España)
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RECUERDOS Y VÍNCULOS DE UNA MAESTRA ARGENTINA CON GALICIA y UNA ASOCIACIÓN
El 26 de noviembre de 1920 el barco Reina Victoria Eugenia arriba al puerto de Buenos Aires con cientos de inmigrantes, entre ellos mis abuelos y sus cuatro hijos, el pequeño de 8 meses era mi padre.
Dejaron Tucende, su aldea en la montaña lucense y llegaron a la pampa argentina, tan inmensa, tan llana, un contexto geográfico totalmente diferente y desconocido. Trabajaron mucho y duro en el campo argentino llevando una vida muy austera. Allí nacieron 4 hijos más y vivieron hasta el final de sus días.
Mi padre y mis tíos concurrieron a la escuelita del lugar. Ninguno terminó de cursar todos los grados porque salieron a trabajar desde muy temprana edad, siempre en tareas rurales. Mi padre lo hizo hasta jubilarse.
Mi papá Manuel era un gallego alto, rubio, de ojos muy celestes y con mi mamá Delia formaron una hermosa familia con 6 hijos (yo soy la mayor). De mi infancia solo tengo recuerdos felices de mis padres. Yo también viví en el campo hasta los 6 años, en 1954 nos trasladamos a la ciudad de Adolfo Gonzales Chaves.
En mi casa había una economía de autoabastecimiento. Éramos una familia numerosa y mamá, además de las tareas domésticas, hacia la huerta, cuidaba de las gallinas, ordeñaba una vaca y elaboraba dulces y conservas. Mi papá era el encargado de la matanza de cerdos.
Hogar humilde pero no faltaba lo esencial. Mis padres siempre nos brindaron ejemplos y consejos. Esta educación basada en valores, fue y es nuestra mayor riqueza y orgullo.
En cuanto a mis dos hermanos varones (uno falleció) trabajaron en forma independiente y lograron tener su propio emprendimiento. Mis hermana Rita docente y Elsa secretaria ambas jubiladas como yo. Cristina, la menor, es artista plástica.
Volviendo a mis abuelos nunca regresaron a Galicia. "Los abuelos casi por unanimidad no relataron su pasado" expresa Alberto Sarramone abogado y escritor argentino contemporáneo en su libro "Los abuelos gallegos en América".
Esto pasó con los míos, de mi abuela recuerdo que cuando era muy niña me contó que vivía en una casa redonda (lo pude comprobar cuando visité los restos de su palloza en Tucende) y que aprendió a hilar lana en su aldea natal.
Siempre me pregunto por qué no me interesé oportunamente en este tema y cuando quise hacerlo ya era tarde.
Dicen que cuando se muere un abuelo se quema una biblioteca. Muy cierto, he perdido una valiosa información. A través de algunos documentos, pocas fotografías y conversaciones con familiares cercanos he podido hilvanar pequeños retazos y consignarlos en capítulos de mi libro "Tucende, mis raíces gallegas y yo".
Este sencillo y artesanal libro lo he escrito con la finalidad de que las nuevas generaciones González no pierdan nunca sus raíces y sepan que parte de lo que son se lo deben a esos abuelos que un día emigraron y les marcaron un destino en esta tierra argentina.
Soy la única descendiente en llegar a la tierra de mis ancestros, lo he hecho en el año 2008-2010-2013-2015 y 2016, en dos oportunidades acompañada por mi hija Belén. Nunca imaginé que mis abuelos vivieran en este lugar paradisíaco. Lugar único, con una exuberante vegetación. La naturaleza en todo su esplendor, me parecía estar viviendo un cuento de hadas. Cada viaje me otorga nuevas emociones que son caricias para mi alma.
Familiares en Tucende, en A Cortella, amigos entrañables en Quintá, entre ellos la dulce Serafina que tiene la sabiduría que dan los años.
El rural gallego necesita resurgir del abandono y la desidia. Este tesoro ambiental legado de los ancestros debe ser protegido para que nuevas generaciones puedan apreciarlo y disfrutarlo. La Asociación Castaño y Nogal en un ejemplo exportable, con sede en la parroquia de Quintá de Cancelada, a la que pertenece la aldea de mis ancestros, que viene desarrollando una titánica tarea con la que me siente identificada y vinculada desde Argentina.
Esta asociación sin fines de lucro lucha permanentemente para mantener el patrimonio natural y cultural de la región, además de convertir este trabajo de recuperación en una actividad de atracción internacional entre las que se destaca las VIII Ediciones del Campo de Trabajo Internacional que todos los años convoca a jóvenes de todo el mundo para realizar tareas de desbroce y mantenimiento del sendero Quintá-Rio Donsal, PR-G 159.
Esta ruta es la joya de Cancelada, con vestigios de una vía romana y antiguo camino histórico y de carros romanos que un siglo atrás recorrían nuestros abuelos y antes los bisabuelos.
Un impresionante entorno natural con una tupida vegetación autóctona y bosques de castaños, abedules, olmos y otros árboles autóctonos y centenarios que son legado de generaciones y de una economía de auto-consumo. También hay algunos molinos vestigios de centrales hidroeléctricas de autoconsumo, muchas ouriceiras, balados y construcciones típicas en un ambiente de silencio solamente interrumpido por el canto de los pájaros y el run run de las aguas del río Donsal y bellas cascadas (fervenzas).
Este sendero es el proyecto estrella de CyN, dos veces finalista del premio Europa Nostra, el mayor reconocimiento europeo en el ámbito del patrimonio cultural. Llegar a estas instancias finales es un mérito a tanto compromiso, esfuerzo y amor por el terruño. Recorrí en agosto de 2016 un tramo del sendero. Una experiencia maravillosa y un sueño cumplido.
Tener el honor que CyN en el año 2015 me otorgara la distinción de Socia Emérita en un homenaje a la emigración gallega ante la presencia de vecinos y familiares colaterales, directivos de CyN, el Teniente Alcalde de Cultura del Concello de Becerreá, un diputado del Parlamento de Galicia, los voluntarios y cooperantes del campo de trabajo, es un orgullo para mí y toda mi familia y ha quedado grabado para siempre en mi corazón y en mi memoria, acto preparado con esmero, pisando alfombra roja incluido.
A punto de cumplir 70 años esta docente argentina con sangre gallega no puede pedirle más a la vida, solo salud para disfrutar de mis hijos y nietos, seguir realizando talleres solidarios y poder viajar teniendo siempre a Galicia como prioridad. Si Dios lo permite regresaré en el 2018.
HAY RECUERDOS QUE NUNCA BORRARÉ Y PERSONAS QUE NUNCA OLVIDARÉ.
Gracias.. gracias.. gracias!
María Pompeya González, maestra jubilada, Chavez (Argentina), socia Emérita de CyN