Países ricos pero menos y nuevos ricos vivimos por encima de nuestras posibilidades, gracias al dinero prestado, única forma de disfrutar inmediatamente de lo que deseamos.
Como los recursos de las entidades financieras nacionales no son suficientes, recurrimos a las de otros países. Este endeudamiento (público y privado) de los países ricos pero menos y de los nuevos ricos, ha ido creciendo en los últimos años.
Entre los países prestamistas se encuentran China, Rusia y Brasil, con abundante población en estado de pobreza, lo que no significa que el país como tal, sea menesteroso: los tres tienen saldo favorable, tras deducir de sus reservas de divisas lo que ellos deben al resto del mundo.
El endeudamiento global ha llegado a tal nivel que aquellos a los que miramos por encima del hombro, dudan de nuestra solvencia y sólo prestarán si les pagamos más intereses. La manta con la que cubren sus vergüenzas los ricos pero menos y los nuevos ricos, no da más de sí -amortización + intereses – y todos nos asustamos.
Añadamos, para colmar el vaso, el aumento de los préstamos para compra de vivienda concedidos alegremente en los últimos años en muchos países -entre ellos España-, que ahora no se pueden devolver.
Ricos pero menos y nuevos ricos queremos trabajo para todos, vivienda principal y secundaria, tecnología para el hogar, educación y sanidad gratis, modernos sistemas de transporte público, parque móvil al día, prestaciones dignas para desempleados y jubilados, vacaciones, ocio satisfactorio,…., pero que lo paguen los demás con sus préstamos.
Vivimos a costa de China, Rusia, India, Brasil y otros …., porque la inmensa mayoría de sus ciudadanos vive miserablemente. ¿Qué sucederá cuando esos países, que seguirán creciendo, consuman lo que producen?, ¿cuántos años faltan para que sea una realidad?
Hay que poner límites al consumo exacerbado; establecer prioridades en el llamado Estado del Bienestar y adaptarse a las propias posibilidades; gastar menos para ahorrar y amortizar parte de la deuda exterior.
La crisis financiera de los países pretendidamente ricos tiene su causa en un régimen de vida por encima de sus posibilidades reales; en el hecho de que los países que nos prestan, los BRIC, principalmente, cada vez comercian más intensamente entre ellos; finalmente, porque el nivel de vida de sus ciudadanos mejora lentamente y tienen, por lo tanto, menos recursos disponibles para nosotros.
¿Durante cuánto tiempo podrá mantenerse esta situación?