No bastan los rezos sin obras, ni “aparentar” lo que no se es ni hace ante Dios y los hermanos, ni en Cuaresma ni en Semana Santa, ni tampoco por el hecho de resultar elegido-a en unas elecciones o por recibir una ordenación o bendición. Los deberes y el cumplimiento de la ética y de la Ley deben primar.
La frase entrecomillada del título del comentario, de origen bíblico, significa que “se juzga a alguien por su obra, la causa por el resultado” <San Mateo 7, 16>. En otro apartado el mismo Evangelista se pregunta “¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”.
“Recuerdo”, según la RAE, es la memoria que se hace de algo que ya ha pasado o de lo que ya se habló. El término también se usa para nombrar al aviso o comentario sobre lo pasado. Por ejemplo: “El pueblo siempre guarda a sus héroes en el recuerdo”.
Un 23 de febrero del año 1981, servidor estaba hospitalizado en el CHUAC de la primeras de dos intervenciones quirúrgicas de un cáncer, con gotero y sondas, escuchando Radio Nacional, cuando le tocaba votar el diputado Manuel Núñez Encabo la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como presidente del Gobierno, momento en que en el Hemiciclo del Congreso el Coronel Tejero y los guardia civiles disparando al techo.
En los últimos cuarenta y tres años, servidor se ha encontrado y tratado con miles de personas, profesionales, servidores y cargos, de todos los estamentos, niveles y clases sociales.
En unos, donde esperas lo ordinario, conforme a la ética y los valores consolidados, la Constitución y textos Sagrados, hay desengaños y recuerdos negativos, incluso entre quienes juran, prometen y hacen voto de cumplimiento de leyes y mandamientos de la Ley de Dios, la representación pública y pastores de la Iglesia, por cuyo servicio perciben contraprestación económica.
En otros, donde no esperas nada, resulta que se traban por la singularidad de las obras y comportamiento ejemplar y leal recuerdos positivos imborrables que acompañarán a la persona hasta el momento del trance consciente o momentos previos, como dentro de los médicos, militares, policías, bomberos, técnicos, cargos y representantes a los que embarga por encima de todo la vocación de servir y no ser servido.
La variante “Por sus frutos se conoce el árbol” también figura en la Biblia (San Lucas 6,44). “Por sus obras los conoceréis” se emplea también en sentido irónico, para aludir a los fallos de alguien, que también vienen a la memoria del servidor y seguro que cada lector, amigo, amiga y seguidor tendrá los suyos y suyas.
El incendio tremendo de esta pasada tarde en Valencia, deja también para el recuerdo comportamientos negativos en la promotora, bancos, técnicos y cargos públicos que validaron proyecto y lo construido con materiales que propiciaron el alcance del siniestro, y positivos en la ciudadanía, bomberos, y sociedad civil en general, con el resultado conocido a esta hora de, al menos cuatro muertos, catorce heridos, seis de ellos bomberos, según emergencias. 19 personas siguen sin ser localizadas por sus familias.
Fiémonos de las obras y no de las «apariencias» de los «fariseos», ni de los actos de culto de quienes vulneran el juramento y el principio de vocación de servicio a los demás, que hay que acreditar día a día.