Elegimos 350 diputados y ellos contratan a 271 asistentes, que pagamos todos.
Cuando los diputados no cumplen su función de representación parlamentaria, devuelven la pelota a los ciudadanos para hagan lo que ellos no fueron capaces, con 130 millones de euros de gastos electorales.
Los diputados y senadores de las dos últimas legislaturas, igual que los candidatos-as a la elección o reelección que se presentan a las Elecciones Generales del próximo 28 de abril, ignoraron e ignoran los problemas reales del país, de sus ciudadanos y empresas durante sus mandatos y en lo que va de la presente campaña electoral. No hay clínica de los problemas ni propuestas sino “monólogos rayados” dónde no se escucha nadie.
Los líderes de los diferentes partidos, portavoces, portavoces adjuntos y diputados rasos sólo piensan en la forma de ocupar espacios en los medios, que no es para lo que fueron y serán elegidos.
Un mero análisis del proceder de los diputados y senadores de las últimas legislaturas nos lleva a la constatación objetiva del incumplimiento de principios y deberes constituciones que juran o prometen acatar como representantes del pueblo español, de lo que son ejemplo objetivo tener que repetir las Elecciones Generales del 20 de diciembre de 2015 el 26 de mayo de 2016, tener que acortar el mandato de la XII Legislatura, por no aprobar los Presupuestos Generales y el nivel de conocimiento y de propuesta de los monólogos de descalificación parlamentaria, sin ajustarse al ámbito de lo que se debate.
La Constitución establece mandatos de cuatro años en los artículos 68.4 y 69.6 para diputados y senadores. Las XI Legislaturas posteriores a la aprobación de la Constitución en el período que va de 1979 a 2015 (36 años), dan una media de 3,2 años de cada legislatura, frente al 1,3 de las dos últimas y en la de 2015 – 2016 no se llegó a elegir presidente ni a formar gobierno.
Pues bien como las señores y señores diputados son incapaces de escucharse, de configurar mayorías que permitan la gobernabilidad del país, que es para lo que se presentan y eligen , para representar a los ciudadanos en la elaboración y modificación de las leyes, así como para controlar al gobierno y el funcionamiento de las Administraciones Públicas de este país, hay que repetir las elecciones o acortar el mandato de las legislaturas porque a ellos no les cuesta nada mientras a los españoles y al erario público le supone más de 130 millones de euros unas Elecciones Generales, el coste de su sueldo, complementos y gastos desde que toman posesión desde su elección, reseñados en las pantallas que preceden de este blog, a las que nos remitimos.
Un país sin órganos institucionales y Administraciones que funcionen, sin timón en la gobernanza de lo público no está en condiciones de competir internacionalmente ni de prepararse para afrontar las adaptaciones que requiere el siglo XXI ni de generar confianza, actividad económica, ni creación de empleo ni bienestar social.
Esto no es sostenible en el tiempo por la degeneración e ineficiencia en la representación política de los ciudadanos, por costes y, singularmente, por baja, mala e improductiva calidad legislativa y nulo control efectivo del gobierno y ausencia total de iniciativas y propuestas presupuestariamente implementables.
Link al texto de la Constitución de 1978:
http://www.senado.es/web/conocersenado/normas/constitucion/detalleconstitucioncompleta/index.html