Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios – Alfonso García
Publicado por: acn en Comentario, cultura, GeneralLas palabras más sensatas sobre la Ley orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo -tiene mandanga el nombrecito, simplifiquemos, Ley del aborto– proceden de la señora Fernández de la Vega: Los Obispos hablan para los católicos; el pecado es un concepto que se sitúa en el ámbito de las creencias y no tiene cabida alguna en el ordenamiento jurídico.
Impecables palabras. La Iglesia Católica tiene sus normas, derechos y obligaciones, definición de pecado, régimen correctivo,…; regulación que afecta, sólo a sus fieles: Los Obispos hablan para los católicos.
El Parlamento legisla con la mayoría que sustenta al Gobierno.
Políticos y obispos han cumplido su papel: los Obispos se han limitado a recordar a los católicos cuál debe ser su postura ante la Ley del Aborto, como miembros de la Iglesia.
Don José Bono no se ha enterado, se ha salido de sus casillas, ha perdido los estribos y dice que la Iglesia le persigue «por ser socialista». Vd. confunde el culo con las témporas, olvide su manía persecutoria: la Iglesia no ha pronunciado su nombre, la Iglesia ha recordado a los católicos cuáles son sus obligaciones.
Vd., por sus múltiples cargos públicos debería ser más prudente y dejar las cosas de su alma en su almario, para su enriquecimiento interior, sin dar un cuarto al pregonero. No mezcle el Reino de Dios con el de España; Vd. es diputado, no Obispo; con valentía, ejemplaridad y anonimato dé al César lo que le corresponde y a Dios lo suyo; Vd, es socialista de pata negra, pero católico de a pie; la Iglesia habla igual para todos.
Efectivamente, lleva 40 años de socialismo y, como Vd. mismo dice, unas veces navega por una orilla, otras por la de enfrente, en ocasiones por la mitad del río y supera los obstáculos por un puente. Evite ir de babor a estribor, de la ceca a la meca, abandone la ambigüedad, nade y olvide el flotador, eluda ser un correlinderos.
Las normas del casino de su pueblo no se hacen a la medida de cada socio,….; en fin: no se puede uno alzar con el Santo y la limosna y está feo poner cara de beato y mostrar uñas de gato; lo dicho, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios