Castaño y Nogal siempre consideró y considera que la creación y consolidación de empresas era un termómetro y el resultado y/o fotografía de la salud económica de un país de la capacidad de iniciativa y de gestión de su clase diligente, empresarial, financiera de nivel de preparación y habilidades que proporciona el sistema educativo, y más concretamente la universidad, los centros de investigación aplicada y otros ámbitos y sectores de la economía, en las que se emplea la mayor parte de la población trabajadora, excluyendo las administraciones públicas y organismos de ellas dependientes, cuya importancia económica y social es indiscutible e imprescindible para los 47 millones de habitantes de España y sus comunidades autónomas.

Por consiguiente, el saldo positivo o negativo del número de las que permanecen al cierre de cada ejercicio, es un dato revelador de la situación económica, social y pujanza de un país.

En la línea de seguimiento de las altas y bajas sobre lo que organizamos una jornada y mesa redonda el pasado 18 de diciembre en la sede de la ONCE en A Coruña, con la intervención de cualificados ponentes, hoy les ofrecemos los datos estadísticos de los últimos 4 años, extraídos del Directorio Central de Empresas del INE y del IGE, correspondientes al periodo de plena crisis, diferenciando los datos a nivel nacional y de Galicia.

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Nas empresas con sede social “España” inclúense as empresas que realizan actividades en Galicia e que teñen a súa sede social fóra de Galicia

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Nas empresas con sede social “España” inclúense as empresas que realizan actividades en Galicia e que teñen a súa sede social fóra de Galicia

Si los datos de cierre son realmente alarmantes y de una profunda preocupación para quién tenga interés por la buena marcha del país, y del mundo de la empresa en sus diferentes niveles y tamaños, lo cierto es que las que se crean en su inicio en un alto porcentaje no finalizan ni depositan las cuentas en el primer año de actividad, como se constata por los datos de los Registro Mercantiles y las que cierran son de media y como dato estadístico general de mayor tamaño, facturación y mayor número de puestos de trabajo, por lo que el estudio desagregado de los datos empeora la comparación estadística de altas y bajas de los cuadros anteriores, de lo que es prueba objetiva los 6 millones de parados que tiene España, un 27% de la población activa.

En comentarios anteriores referidos a este mismo tema, Castaño y Nogal como asociación sin fin de lucro, manifestó y expresó que en estos momentos de crisis y de profunda incertidumbre, incluso de desnorte y pérdida de timón en la gobernanza de España y de la UE, salvar empresas tendría que ser el objetivo principal y no la reducción del déficit público, pues mientras los cierres convierten en escombros instalaciones, equipamientos, no recuperables, el déficit público si es recuperable.

Hace falta por tanto un plan nacional y europeo de salvación de empresas en el que estén implicados todas las administraciones, toda la banca, las universidades, los centros de FP, y confederaciones de empresarios, con un pacto de estado que le dé cobertura y apoyo para centrar todas las energías y esfuerzos en la consolidación y mantenimiento de empresas.

Estamos en otro tiempo, nada volverá a ser igual, pero lo que si es cierto es que ni España ni Europa cometió reformas concluyentes con tales objetivos y los “viernes de dolores” e idas y venidas de funcionarios y la clase política diligente de la Unión Europea/Comisión Europea, del gobierno de España, de las Comunidades Autónomas, ayuntamientos, diputaciones, banco de España, banco central europeo, FMI, ICO, IGAPE y organismos afines tienen que ponerse las pilas y dejarse de la verborrea de las declaraciones “partidarias” o de señalamiento de lo que tienen que hacer los demás y esconder su implicación en un tema tan serio que es mucho peor en sus consecuencias económicas y sociales que en los desahucios de viviendas.

Finalmente, queremos dejar constancia de nuestra gratitud y colaboración al Director General del Instituto Galego de Estadística (IGE) por su colaboración, que viene realizando un buen trabajo, pese a la escasez e insuficiencia de medios y a la economía sumergida existente, labor y datos que no manejan quienes tienen el deber de conocer la situación real de Galicia para gobernar y legislar.

Antonio Álvarez González, abogado y presidente Castaño y Nogal


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