Dijo el presidente de la Asociación Castaño y Nogal en el acto de nombramiento de Miembros de Honor del pasado 20 de abril, del que ofrecemos a los visitantes de este blog un primer extracto y conclusión de su comentada intervención institucional.
En un momento de crisis general como el que vivimos, tener un motivo para celebrar un acto con asistencia de una representación de todos los estamentos sociales, de encuentro y de enaltecimiento del trabajo altruista, de implicación en una causa noble y cívica como el medio ambiente y el desarrollo sostenible en Galicia, no es usual.
Claro está que el pasado es inamovible, pero el futuro es modificable. Eso lo sabemos muy bien en la Asociación Castaño y Nogal organizadora de este acto.
La Asociación Castaño y Nogal, que me honro en presidir, mira y compara nuestro territorio con el de otras regiones de la Europa de los 27 y piensa en la cooperación como una forma de afrontar positivamente los problemas del medio y del rural en particular, pues con la descalificación / condena verbal y la queja permanente no se va a ninguna parte. Hoy, desde la perspectiva de lo hecho y nuestra propia experiencia, les invito a reflexionar sobre esto, como premisa de partida para encauzar y solucionar muchos de los problemas que nos afectan o afectarán a todos.
En ese marco, comienzo por les informo que Castaño y Nogal como asociación privada y sin fin de lucro, para impulsar el desarrollo rural y del medio ambiente, constituida en agosto de 2008, tiene entre sus FINES sensibilizar, vertebrar y trabajar en pro del medio ambiente y poner en valor la naturaleza, el paisaje y las riquezas etnográficas heredadas de nuestros antepasados, así como conceder distinciones honoríficas en reconocimiento a trayectorias personales, profesiones y proyectos medio ambientales o que tengan como fin el mantenimiento del patrimonio histórico, el impulso y dinamización cultural y desarrollo económico.
Estos hechos y datos objetivos, nos ponen ante la necesidad y el deber de reaccionar, si realmente queremos afrontar el problema y evitar que continúe este declive, pues quejarse simplemente, airear la desgracia, sin más, no arregla nada sino que es una postura cómoda e inconsecuente, manifestación que formulo desde la modesta autoridad que nos confiere haber predicado con el propio ejemplo.
Una comparación objetiva del paisaje de la zona de Cancelada, en el municipio de Becerreá, con el de otras Comunidades, tales como nuestra vecina Asturias, Cantabria, País Vasco y Cataluña, nos llevó a la conclusión de que en la cuenca del Río Donsal había un tesoro infravalorado que había que recuperar, para conservar el medio, diversificar la economía y dinamizar una zona deprimida, en progresiva desaparición de núcleos y pérdida alarmante de población, con el riesgo de que en 15-20 años no quede nadie que la habite.
Ante ese marco orográfrico-natural, estando en auge la práctica del senderismo en toda Europa, en España, y en Galicia en particular, en plena crisis económica y presupuestaria, la única forma posible de hacer algo por el desarrollo de la zona era construir y rehabilitar una Ruta que pusiera en valor su naturaleza, paisaje y riquezas etnográficas allí existentes. Esta fue la primera conclusión del grupo de personas que colaboran, que yo llamo miembros del Sanedrín, tras muchas visitas y reuniones en A Coruña y Quintá.
En los próximos días les ofreceremos nuevos extractos del discurso.